Que lejos estábamos los miembros de mi generación y las anteriores, de imaginar que las discusiones sobre el agua iban a superar muy rápidamente las características para ser potable, la cantidad de agua que tiene el cuerpo humano; el mínimo de ingestión que debemos hacer diariamente de este elemento vital y otras cosas que no han dejado de ser importantes pero que han sido superadas por otras controversias y subtemas que no lo son tanto: el costo del agua que más que su valor, que resulta enorme, representa la preocupación de gobiernos, países y hasta de la comunidad más pequeña en cualquier parte del mundo. Y es que ahora hay que resolver no sólo encontrarla, sino que esta sea saludable y que pueda moverse hacia donde más se necesita con la menor utilización de recursos financieros y de forma aparejada, el menor esfuerzo. Ya no es sencillo acceder al agua potable; se acabaron los tiempos en que acudíamos a beber agua de la manguera de cualquier parque y que hasta el propio jardinero nos facilitaba tomar un poco y empaparnos completos; ahora no sólo no hay tanta agua, sino que la que hay difícilmente es potable.
¿Dirá Usted por qué tanta vuelta? A que se quiere llegar, voy al grano: la escasez y el mal uso han traído un grave problema para satisfacer el consumo humano, pero también han traído un gran negocio: No sé precisarle -y hasta miedo me da el que pudiera yo hacerlo y entenderlo-el nivel del agua como negocio productivo, pero no debe ser ya tan lejano a las ganancias del petróleo. Habría que medir las inversiones para perforar, desazolvar pozos, equiparlos, construir plantas tratadoras, tanques de almacenamiento y pagar a técnicos, operadores, choferes, pipas, drenajes, tubería, llaves, personal administrativo, medidores, despachos de cobranza, abogados, contadores, ingenieros civiles y geólogos, topógrafos, secretarías y auxiliares y tantos conceptos que van implícitos y son inherentes al tema del agua. No digo la producción de agua porque ni siquiera eso, no la producimos, aunque hayan surgido por ahí algunos experimentos que hasta ahora no significan gran avance, pues solo tenemos que tratarla, sanear la que hemos contaminado y seguimos contaminando.
El costo pues es proporcional a la necesidad de salud supervivencia del hombre, pero también al negocio. ¿Cuántos litros y metros cúbicos de agua deben consumirse para producir una prenda de ropa, tratar acero, fabricar todo tipo de manufacturas, sustancias y productos que va requiriendo nuestro estilo de vida, el consumo indiscriminado o más bien el consumismo por el que diariamente inventamos necesidades de artículos para los que se necesita invariablemente mucha agua? La industria, cualquier industria, requiere la utilización de mucha agua; la requiere la salud, el turismo y lo requieren los placeres de todo orden. El agua esta (pero cada vez menos y más costosa) en el transcurrir cotidiano de nuestras vidas.
¿Y qué pasa con el agua en San Luis Potosí? Los últimos escándalos de corrupción se refieren a plantas tratadoras, presas, represas, bordos, ductos lejanos y locales en cada comunidad que se mal construyeron, que se construyeron a un costo desmesurado o que incluso jamás se construyeron, pero sí se pagaron. Pozos cada vez más profundos y una escasez de agua terrible que, curiosamente, no ocurre para quienes tienen el negocio de pipas y peor aún para lo que venden agua embotellada tanto natural como gaseosa o cerveza.
El problema principal es como siempre para los más amolados. Nos acostumbramos ya a hablar de tandeos, pipas, suspensiones y aire en las tuberías. Ahora bien, la administración y Organismo de agua potable se independizaron de los Ayuntamientos a finales de los años ochenta e inicios de los noventa, con la intervención del Banco Mundial por medio de Banobras según recuerdo. Se crearon los Organismos Descentralizados con autonomía técnica y sobre todo financiera que con personalidad jurídica propia podían acceder a créditos y financiamiento bastante accesible. En San Luis Potosí capital se inició con aquel SIAPAS y para el año 94 se empezó el proyecto de asociar al Ayuntamiento de San Luis Potosí con los de Soledad y Cerro de San Pedro, creándose el Organismo Intermunicipal de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (INTERAPAS). La idea original fue buena y en su parte legal, se lo digo porque tuve el encargo de confeccionarlo junto con técnicos y abogados de Banobras (aunque ya sabe usted que surgen muchos “hacedores mitómanos”); tal idea que se hizo Iniciativa ante el Congreso del Estado, contenía facultades proporcionales para los Ayuntamientos de acuerdo con su aportación de infraestructura e inversión así como en observancia al número de población que cada uno tenía, sin embargo la idea fue manoseada y envilecida por ese afán centralista que prevalece en los Congresos y Gobiernos estatales sobre los municipios, por estar encima de ellos; por lo cual se incorporaron representantes y facultades al gobierno y al Congreso que fueron ampliándose en diferentes épocas subsecuentes. Esta situación y los enormes intereses económicos que giran en torno a la distribución y generación del agua potable, aunado a la corrupción que, como el salitre y el óxido donde quiera aparece, han ido trastocando el manejo técnico, legal y financiero de este Organismo INTERAPAS.
Hoy se habla de suprimir el Organismo y regresar a cada uno de los Ayuntamiento involucrados el manejo independiente a través de Organismos exclusivos o Juntas municipales como las había antaño. Creo que nada puede ser más equivocado que esta medida.
Con la oportunidad y obligación que representa el surgimiento de un nuevo Municipio como es el de Villa de Pozos, podría rediseñarse un Organismo con cuatro Municipios que se encuentran coaligados necesariamente, naturalmente. Tanto por la cercanía de sus poblaciones como por la disposición compartida de corrientes y gravedad superficial como por los mantos y reservas subterráneas que a querer o no les corresponden por igual. En todo caso la proporcionalidad en la toma de las decisiones deberá seguir atendiendo además de la disposición compartida del agua es insoslayable, la cantidad de población, inversiones y equipamiento que cada Ayuntamiento haya aportado. Hablando se entiende la gente y los Municipios tienen la capacidad técnica y la autonomía suficiente para diseñar sus proyectos y construir sus acuerdos. Es de sabios ratificar, pero en este caso es urgente.