Incluso se recuerda que el clima de inseguridad y violencia se instaló a partir de aquella incursión de un comando armado de delincuentes que llegaron hasta el Centro Histórico sembrando la muerte a su paso a punta de metralletas en ruta hacia un templo en el que se encontraba un prominente empresario que supuestamente pretendían secuestrar, hecho que ocurrió durante el gobierno de Marcelo de los Santos y su encargado del sistema de seguridad era el no bien recordado Marco Antonio Novella
Como es sabido, en ese tiempo los grupos criminales hicieron su primera aparición con toda impunidad aquel noviembre del 2009, cuando un grupo armado irrumpió en el Centro Histórico por avenida Carranza rumbo a un templo de la calle Independencia en busca de un empresario que asistía a un evento religioso, que no ubicaron pese a que pasaron frente a él mismo, huyeron a toda velocidad por esa conflictiva vialidad hasta huir de la ciudad, sin que ninguna patrulla les estorbara y que sospechosamente encontraron libre de tráfico vehicular pese a la densa circulación que diariamente y a todas horas registra.
Como todo hecho delictivo que se presentó en su periodo, Marcelo de los Santos calificó el suceso como “ un hecho aislado”.
Lamentablemente, durante el gobierno marcelista también se registraron delitos de gran impacto que cimbraron a la sociedad potosina, pues también se registró el secuestro de un empresario, por cierto, familiar del que buscaban los del comando armado mencionado, así como el plagio de la hija del apreciado empresario huasteco don Antonio Esper Bujaidar, ante los que la administración de MSF se lavó las manos y poco hizo por resolver los casos.
Precisamente, ante la instalación de un agudo clima de inseguridad en esa época, la gente empezó a mostrar su irritación como lo hizo en la primera marcha por la paz y el regreso de la seguridad convocada por el exsecretario de finanzas Daniel Pedroza Gaitán, en la que participaron familias enteras inconformes por la situación de violencia.
Luego, ya en el gris mandato de Fernando Toranzo Fernández, el registro de delitos atribuibles al crimen organizado pareció dar indicios de complicidades con funcionarios de primer nivel por lo que no pocos vieron en el secretario de gobierno Cándido Ocho Rojas, la mano que abrió la puerta de la impunidad a los grupos criminales por el poco interés que mostraba en combatirlos.
Y así, entre complacencias y posibles complicidades se fue perdiendo la seguridad y tranquilidad de los potosinos hasta convertir a la capital del estado en una buena plaza para el narcomenudeo, la extorsión y los secuestros, dejando en un muy lejano recuerdo los señalamientos de los jefes policiacos de la década de los ochentas, como el legendario Miguel Naya y otros, cuando al referirse al tráfico de drogas aseguraban que SLP solo era para el paso de la esas, en su tránsito hacia Estados Unidos, aunque el problema empezó a crearse aquí, según los estudiosos del fenómeno, cuando los narcotraficantes comenzaron a pagar a las corruptas autoridades el derecho de paso con droga que, a su vez, se dieron a la tarea de vender al menudeo, haciendo más atractiva esta plaza para los grupos criminales que han tratado de arrebatar a los que llegaron primero, generando así la violenta guerra por el control de esta plaza, que ha venido a destruir la tranquilidad de los potosinos dando lugar a otros delitos de alto impacto, como el crimen reciente de la empresaria Sandra Revilla Olavarrieta, por el que la gente de nuevo ganó la calle con la marcha por la justicia de este domingo, como antes lo hizo por la desaparición de la pintora Daniela Martell, aunque no hay mucho optimismo, por que sirvan para que las autoridades hagan lo necesario para devolver la seguridad a SLP, como la que un día se tuvo y que mucho se recuerda.