La celebración del Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, organizada por la Unesdo cada 21 de mayo, destaca no solo la riqueza de las culturas del mundo, sino también el papel esencial del diálogo intercultural para lograr la paz y el desarrollo sostenible, así como su valía económica, ya que representa el 3.1% del PIB y el 6.2% del empleo a nivel mundial.
Dado que el 89% de los conflictos actuales en el mundo se producen en países con escaso diálogo intercultural, para forjar una cooperación eficaz y mantener la paz debe ser prioritario reforzar el diálogo intercultural. El 89% de los conflictos actuales en el mundo se producen en países con escaso diálogo intercultural. Por ese motivo, es fundamental reforzar el diálogo intercultural para forjar una cooperación eficaz y mantener la paz.
Según datos de la Unesco, el sector cultural y creativo es uno de los motores de desarrollo más potentes del mundo. Supone más de 48 millones de puestos de trabajo en todo el mundo —casi la mitad de ellos ocupados por mujeres—, lo que representa el 6.2% de todo el empleo existente y el 31% del PIB mundial. También es el sector que emplea y brinda oportunidades al mayor número de jóvenes menores de 30 años.
Sin embargo, el sector cultural y creativo aún no ocupa el lugar que merece en las políticas públicas y la cooperación internacional.
¿POR QUÉ IMPORTA LA DIVERSIDAD?
Las tres cuartas partes de los mayores conflictos tienen una dimensión cultural.
Superar la división entre las culturas es urgente y necesario para la paz, la estabilidad y el desarrollo. Y es que la cultura, en su rica diversidad, posee un valor intrínseco tanto para el desarrollo como para la cohesión social y la paz.
La diversidad cultural es una fuerza motriz del desarrollo, no solo en lo que respecta al crecimiento económico, sino como medio
de tener una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual más enriquecedora. Todo esto está presente en las convenciones de la cultura, que proporcionan una base sólida para la promoción de la diversidad cultural. Esta diversidad es un componente indispensable para reducir la pobreza y alcanzar la meta del desarrollo sostenible, gracias, entre otros, al dispositivo normativo, hoy día ya completo, elaborado en el ámbito cultural.
Simultáneamente, el reconocimiento de la diversidad cultural lleva al diálogo entre civilizaciones y culturas, al respeto y a la comprensión mutua.