Al Conejo de Pascua se le reconoce por llevar una cesta llena de huevos rellenos de dulces. Se dice que visita los hogares durante la noche anterior al día de Pascua y esconde los regalos en las casas para que los niños los encuentren en la mañana.
La Pascua es una celebración importante en muchos países alrededor del mundo. Se recuerda la historia de Jesús, quien –según la religión cristiana- murió en la cruz y resucitó al tercer día. Es un momento en el que las personas se reúnen para recordar esta historia y compartir la reflexión, felicidad y alegría.
Durante este acontecimiento, un personaje resalta entre la algarabia. Se trata de un animal, el conejo, que lo podemos encontrar en diferentes versiones, desde chocolates hasta en películas que intentan mostrar su historia a los pequeños y grandes de la casa.
Las tiendas y supermercados ofrecen estos animalitos hechos en chocolate y con diferentes rellenos. Se suelen regalar a los seres queridos o compañeros de trabajo. Hay distintos tamaños, pequeños para consumo personal y otros más grandes para que sea compartido entre varios.
¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE EL CONEJO DE PASCUA?
El Conejo de Pascua es uno de los principales símbolos de la festividad de Pascua y representa la fertilidad, nacimiento y la esperanza de vida. En los pueblos germánicos, el conejo era considerado como un símbolo de fertilidad y su aparición se asociaba al comienzo de la primavera, al renacimiento y renovación de la naturaleza tras la conclusión del invierno.
Y es que el conejo era el primer animal en salir de su madriguera y en procrear, debido a la enorme capacidad que tiene de reproducción. También era asociado a la diosa Easter, a la cual se le dedicaba el mes de abril y los honores de las fiestas primaverales entre los pueblos del norte de Europa.
¿QUÉ TIENE QUE VER LOS HUEVOS Y LOS CONEJOS CON LA PASCUA?
Existen varios relatos sobre su origen. Uno de los más populares es que este pequeño animal fue testigo de la muerte y resurrección de Jesús y se quedó sorprendido por el mar de personas que esperan el regreso del hijo de Dios que pernoctó con ellos para verlo.
Se narra que llegó a ver cómo resucitaba entre los muertos, pero como no podía hablar, atinó a pintar unos huevos y a hacerlos rodar para llevar alegría a las personas.