Segundas oportunidades nunca son buenas, dicen por ahí, sin embargo, en esta ocasión debo de reconocer que valió toda la pena.
Hace unos buenos meses, me recomendaron el restaurante Korea Grill, el cual se encuentra en Cordillera Arakán 505, en Lomas Tercera Sección. El lugar es espacioso y, como su nombre lo dice, es comida surcoreana.
En aquel entonces me pareció que le hacía falta sazón, pero en esta ocasión me dejó gratamente sorprendido. La comida coreana siempre es un verdadero festín para compartir, ya que los platos son bastante abundantes, pero, sobre todo, siempre se sirve al centro, de tal suerte que se puede tomar de todos los platos.
De primera mano y como buen establecimiento de su tipo, te reciben con un Bachan, que es una serie de platos pequeños que se sirven, justamente, en el centro de la mesa y son perfectos para empezar tremendo banquete. De igual manera, en el medio de la mesa, se tiene un hueco en donde al pedir, al menos dos cortes de carne, te llevan carbones para prepararte tú mismo y al punto que quieras tus viandas. Así pues, nos dimos rienda a pedir y lo hicimos a lo grande.
El bachan estuvo conformado de huevos cocidos aliñados en salsa de soya, uno por comensal, kimchi de pepinillos, manzanas con aderezo de mayonesa y pasitas, germen de soya en vinagre de arroz y aceite de ajonjolí. El kimchi, es el platillo coreano por excelencia y se tiene conocimiento que su posible origen, data del siglo I antes de Cristo, habiendo infinidad de variedades, ya que se prepara con diferentes verduras que se fermentan y se maceran con diferentes chiles, cebolla, ajo, salsa de pescado o, en algunos casos, pescados salados para aportar sabor y aumentar el proceso de fermentación y la generación de lactobacilos. Si bien es cierto que cuando hablamos de fermentos estos incluyen bacterias, en este caso, ninguna es tóxica para nuestro organismo.
El kimchi, como ya dije, se hace con infinidad de verduras, pero el que mayormente se consume y que se ha popularizado, es de repollo o col china, como lo conocemos en México. Este acompañamiento es tan indispensable en esta gastronomía, que en las casas coreanas podría faltar una lavadora, pero nuca una fermentadora.
Así pues, seguimos con nuestro menú al pedir Gun mandú de entrada, que son empanadillas rellenas de carne con algo de jengibre, que se fríen y se sirven tal cual, las puedes aderezar con salsa de soya; Godeungeo Gui, que es básicamente un pescado –en este caso, caballa– y se hace a la parrilla con un poco de sal; Samgyeopsal Bokkeumpap, la versión coreana del arroz frito con verduras y alguna proteína, en este caso lo pedimos con camarones y carne.
Ordenamos también dos cortes: Chadolbagi, finas láminas de carne de res, y Galbi sal, costillas de res sin hueso. Es importante señalar que solo puedes asar en la mesa si pides dos o más cortes. Adicionalmente, pedimos un rib eye de cerdo empanizado, llamado Dongaseu, todo acompañado de un tazón de arroz blanco para hacer tacos de lechuga con la carne que cocinamos, los cuales se recomiendan comer con pasta de frijoles de soya fermentado, chiles verdes y ajos crudos, todo de un bocado, según los cánones coreanos.
De bebidas, aparte de refrescos y aguas embotelladas, tienen licores y cervezas, así como el tradicional soju, la bebida coreana por excelencia, que es un vino de arroz con poco porcentaje alcohólico pero muy pegador, se toma en conjunto con la cerveza, y no solo usan la de cheiser, sino que incluso mezclan las bebidas.
De postre, y también para compartir, un Bingsu de temporada, hielo rayado elaborado con leche con un topping, en este caso fue nutela con almendras.
El servicio es bueno, en amabilidad y velocidad, la comida ni qué decir, excelente en todos los sentidos. Como buen restaurante coreano los precios no son moderados, así que vaya con mentalidad y cartera abierta. Digno de visitar. Hagan reservaciones al 444 476 5054. Buen provecho.
