El otoño es la temporada de transición entre el verano y el invierno, y lo que más notamos es el cambio de color en las hojas y el paisaje en general. La fecha de inicio del otoño varía según el clima, la tradición y la cultura, pero cuando es otoño en el hemisferio norte, es primavera en el hemisferio sur, y viceversa.
A partir de este momento, las noches son más largas que los días y los días continuarán acortándose hasta diciembre, cuando la luz comenzará su lenta subida de regreso a los largos días de verano.
El solsticio de invierno es técnicamente el día más corto del año, mientras que el solsticio de verano en junio cuenta con la mayor cantidad de luz solar.
Las hojas cambian de color en el otoño porque, en respuesta a la reducción de las horas del día, los árboles dejan de producir clorofila. Sin el abrumador verde de la clorofila, se hacen visibles otros pigmentos.
LOS ANIMALES Y EL OTOÑO
Los seres vivos responden a los cambios de luz que vienen con el otoño, con los árboles viendo caer sus hojas y los animales que se preparan para la hibernación durante el invierno.
Algunas aves cambian su comportamiento, por ejemplo, el carbonero de capa negra se convierte en un as recolectando semillas y escondiéndolas en cientos de lugares diferentes en los árboles y en el suelo. Al mismo tiempo, el hipocampo del pequeño pájaro se hincha un 30% a medida que aparecen nuevas células nerviosas en esta parte del cerebro, que es responsable de la organización espacial y la memoria.
TEMPORADA DE ALERGIAS Y RESFRIADOS
El otoño marca el comienzo de la temporada de gripe, pero esa no es la única razón por la que la se vuelve complicada para las vías respiratorias. Según los Institutos Nacionales de Salud, el otoño es el mejor momento para alergias estacionales.
Los recuentos de polen pueden caer, pero los recuentos de moho en el aire aumentan a medida que las hojas y la vegetación se descomponen. Además, el aire seco en el interior puede exacerbar los síntomas de olfato al irritar el revestimiento de la nariz.