Cuando hablamos de gastronomía mexicana en el mundo, lo primero que se nos viene a la mente de manera automática son los tacos, que, por supuesto, son nuestro estandarte en el mundo y que nos referencian a la gastronomía conocida. Sin embargo, y como cocinero, teniendo una total y absoluta objetividad, les puedo decir que para mi gusto el plato más perfecto y complejo elaborado en cualquier cocina de este planeta es el mole, en específico, el poblano, me parece una oda a la creatividad y la técnica que resume lo que somos.
Pero, moles como tal, hay una infinidad. Los de Oaxaca, con su amarillo, negro y coloradito, o el pipián de Puebla, o el mole de caderas o el de olla, que ya más me parecen unas sopas muy elaboradas, pero al final moles. Sin embargo, y uno del que poco sabemos, es el mole blanco o llamado “mole de novia”, nombrado así porque suele servirse en bodas, que son eventos únicos, como este plato en sí mismo.
Si bien no podemos tener una fecha o claridad de quien creó este plato, y les aseguro que no fue Alicia Gironella, aunque se lo atribuya, sí podemos saber que es de la parte centro-sur de nuestro país y es un pariente muy cercano al Uliche de Tabasco, el cual se cocina en la zona de Jalpa de Méndez, muy cerca de la capital Villahermosa.
Por otro lado, podríamos pensar que su padre fue Fray Melquiades de la Cruz que, por allá del siglo XVII, ya lo menciona, pero a partir de una receta conocida como empiñonado que se preparaba en yecapixtla.
El caso es que, sin tener claro su origen y apostando a una receta de tantas que hay, les puedo decir que es un plato increíble y que pocas veces podemos disfrutar, es por ello que les comparto la receta y les invito a que lo cocinemos para deleite de todos.
MODO DE PREPARACIÓN
Poner a tostar todas las semillas y especias e ir reservando para que suelten sus aceites esenciales y, por ende, mucho más sabor, solo cuida que no se queme. Una vez hecho esto, moler todos los condimentos con el resto de los ingredientes, utilizando los chiles completos con todo y sus venas y pepitas.
Una vez terminado el proceso, poner una cacerola a fuego medio con un poco de manteca de cerdo, en ella, verter la mezcla de la molienda y dejar cocinar por unos 20 minutos, luego, meter ahí la proteína y dejar cocinar por otros 10 minutos, sazonar y servir adornando con unas manzanas verdes doradas en mantequilla.
Qué les digo, en verdad una obra de arte. Sin más ni más, que tengan muy buen provecho, pronto podrán ver esta receta y muchas más en nuestra página de Exprés.