Una esposa, dos hijas, cinco hermanas, once sobrinas, cuatro colegas administradoras directas, una empleada doméstica y sus dos hijas, trece estudiantes de licenciatura (hoy), cinco estudiantes de posgrado (hoy), más de 30 graduadas de posgrado, ocho amigas muy cercanas y sus hijas, más de una decena de colegas académicas y miles, cientos de miles de mujeres, el día de mañana dejarán de existir por un día, morirán por un día y México dejará de latir. No, no marcharán. No, no levantarán el puño o gritarán. Simplemente dejarán de vivir por 24 horas y yo lloraré su ausencia y lloraré mi vergüenza por no haber gritado antes. Por no haber ayudado a visibilizar la causa del odio que las llevará a su morir, para hacer notar, que tienen el derecho de vivir.
Mis letras, hoy ocho de marzo, han muerto a su lado. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------