Hasta la saciedad sabemos que entre más extenso sea el muestreo, mayor oportunidad se tendrá de identificar a personas infectadas con o sin síntomas. Identificando a los infectados se controla a sus contactos, se para el brote y disminuye la transmisión horizontal. Ahora que la epidemia vuelve a crecer en España, el Reino Unido, Japón, Corea del Norte, en fin, en múltiples naciones, la respuesta en todos los casos es la misma. Muestreo masivo en las zonas de brote. El error se mantiene.
En Estados Unidos la policía mata a un afroamericano, la respuesta social aunque violenta se genera de inmediato, los músicos crean arte y hasta los deportistas hacen huelga. El problema se transforma en una prioridad civil y se abre la puerta para un cambio más profundo. Aquí, los militares dan tiros de gracia, las narcotumbas que se descubren son tantas como las que se tienen que abrir para enterrar a los muertos por COVID. La sociedad potosina horrorizada por tres asaltos en un campo de golf pero los muertos en la periferia se dan todos los días. El horror se mantiene.
Sindemia es un término que varios investigadores utilizan cuando dos amenazas se juntan para afectar la salud de un individuo. Por ejemplo, tendremos una sindemia viral en invierno cuando se junten las epidemias de COVID y de influenza. ¿Cómo llamarle a la sindemia viral que se juntará con la sindemia social producida por la violencia, el desempleo y el incremento del hambre en los pobres extremos? ¿Cómo llamarle a ese silencio asesino de los mexicanos que limitan su protesta a reciclar memes por las redes sociales? El error del horror.
Y me cansa leer al México del hoy. Me cansa que nada ha cambiado. En los años 70s había una revista que se llamaba ¡Por Esto!, conseguir un número era casi casi una actividad clandestina, en ella había información de la realidad roja del México negro. En aquél entonces los muertos eran guerrilleros. Hoy existen quien sabe cuantas páginas más que tocan el tema de los muertos del crimen organizado. Antes había grupos guerrilleros ahora existen cárteles, ¿Qué tenían de similitud? Uniformes militares y jóvenes. En que se vuelven diferentes, los de antes eran idealistas, los de ahora son realistas, se dieron cuenta que el idealismo no es suficiente y que al poder se puede acceder sin ser político. Basta el terror de lo invisible. Ahora se ataca a otra revista, NEXOS, que por cierto, en uno de sus últimos números muestra como los pobres que llegan al sistema de salud del Gobierno mueren más por Covid que los ricos en hospitales privados. El horror del error.
Así podríamos seguir, un México dividido desde antes, hasta nuestro Señor Presidente lo concede, los unos que él identifica como conservadores y los otros que él identifica como liberales. Un México que por estar en dos bandos carece de rumbo, no se sabe si viajar a la izquierda o a la derecha, para adelante o para atrás, arriba o abajo. Un país dividido por la desigualdad, donde inclusive en el Gobierno de los iguales unos son más iguales que otros.
Sueño con un país socialdemócrata, con menos corrupción, con menos violencia, con más educación, con mucho más ciencia y donde quien nazca pobre tenga la oportunidad de no morir en pobreza. Donde gobierne la inteligencia. Pero en fin, la juventud que antes marchaba por las calles, hoy está sentada en un sillón matando realidades virtuales. El Tik-Tok y los videojuegos ¿Falla la juventud? o es que esa juventud carece de maestros que los guíen a una nueva realidad que no tenga nada de virtual. Así que algo anda mal en el mundo cuando una tercera parte de la población es aficionada a los videojuegos, algo anda mal en un México donde 70 millones videojuegan en promedio casi dos horas diarias. ¿Falla la Juventud? ¿Falla el Gobierno? ¿Fallan los Partidos Políticos? ¿Fallan las Universidades? o fallamos nosotros que no sabemos como ser maestros. Mientras sigan los errores, se mantendrán los horrores.