Por ejemplo, se nos pidió cuarentena colectiva cuando los números eran bajos, se apostó a que los muertos no crecieran al evitar el contagio, pero en junio la crisis económica era tan grave que se nos permitió salir, justo cuando el contagio era alto.
Falló la estrategia del Gobierno Federal y ese esquema que denominaron Centinela, la responsabilidad entonces tiene rostro de López-Gatell. Pero yo dudo y dudo mucho que él sea el único en la Secretaría de Salud que planteó tal esquema. ¿Otro responsable? Desde luego el Señor Secretario de Salud, el Dr. Alcocer, que triste manera de terminar tan honrosa carrera de investigación. Toda la vida buscó salvar vidas con sus investigaciones y terminó siendo responsable del mal manejo de esta enfermedad. Al Doctor le faltaron agallas para renunciar y reconocer desde el principio que lo suyo no era la salud pública, ser amigo del presidente no da currículum para afrontar una pandemia. De aquí que el Señor Presidente también tenga un pedazo de responsabilidad. Siempre, siempre, cuando algo no va bien, un líder busca el análisis externo. Por alguna razón, no lo buscó y se quedó con el plan ideado por su equipo. Hace poco escuché por la radio al Dr. López-Gatell diciendo que la importancia del muestreo estaba sobrestimado. No me quedé con las ganas y grité, después, lloré de impotencia.
Pero el actual gobierno no es el único culpable, acuso a todos los presidentes desde López Mateo hasta Peña Nieto, más de 30 millones de mexicanos tienen que vivir de su trabajo y no pueden parar, son los trabajadores de la precariedad. Los acuso también de la desigualdad, el índice de Gini que mide desigualdad casi nada ha cambiado dede la época de López Mateos y la pobreza medida como quieran (porque a lo largo de los años ha cambiado la forma de medirla) sigue igual desde Carlos Salinas de Gortari. Así que, si durante esta pandemia hubo pobres y marginados que no pudieron quedarse en casa, todo ello se debe a la terrible incompetencia de los gobiernos pasados. Esto no es culpa de López Obrador.
Además, ahora leo desplegados firmados por quienes fueron secretarios de salud en sexenios pasados recientes, algunos científicos muy afamados líderes de universidades extranjeras, y la verdad es que deben tener cara dura. Resulta que la gravedad de la Covid-19 se expresa sobre todo en personas con obesidad, hipertensión y diabetes. La información habla que en nuestro país la mortalidad por diabetes se duplicó desde Zedillo hasta Peña Nieto ¿Dónde estaba esa salud pública para evitar una enfermedad que mata tanto como la Covid-19? ¿Dónde había medidas preventivas que señalaran la necesidad de etiquetar alimentos chatarra, como lo que son, como alimentos chatarra? No importan los nombres, lo que importa es que quienes ahora firman desplegados y se desgarran vestiduras, en los resultados nada hicieron en contra de la diabetes. ¿Qué me dicen de la obesidad? Con Salinas de Gortari ya era un problema de salud pública, pero los gobiernos de Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto la dejaron crecer hasta lo que ahora es, somos una potencia mundial en obesidad infantil y adulta. Tampoco de esto podemos culpar a López Obrador.
Finalmente, la Covid-19 demostró que el sistema de salud está destruído. Un sistema de salud basado en enfermedad, como el mexicano y como el de muchas naciones del mundo, plantea la formación de médicos para curar enfermedades. Requiere de especialistas y hospitales. Para ser más claro, la diabetes debe prevenirse no curarse. La atención primaria se desdeñó. Hoy por supuesto me duele ver a médicos y enfermeras luchar en desventaja, pero si hubiera habido programas preventivos, la diabetes, la obesidad y la hipertensión no habrían tenido los números que ahora tienen y muchos muertos ahora estarían vivos. Así que si quieres hacer algo por esta enfermedad, sé voz de quienes ya no pueden hablar y nunca dejes de gritar, porque con nuestro silencio, también nosotros tenemos parte de tanta responsabilidad.