Esta crisis cuenta con tres facetas que por sí mismas representan un fenómeno de alcances y dimensiones particulares; a) La Crisis de Salud con la aparición del Virus SARS-COV2 (Covid19), la peor pandemia de muchas generaciones, de la que no se conocía nada similar con excepción de La Fiebre Española a inicios de Siglo, con una saturación de hospitales y un sistema de salud que no estaba ni cercanamente preparado para afrontar algo como esto; b) La Crisis Económica derivada del grave problema sanitario, que ha quebrado cientos de miles de negocios grandes, medianos y pequeños, ha dejado legiones de desempleados en todo el país y familias desprotegidas que no tienen como sobrevivir; c) La Crisis Política como una derivación explicable -mas no justificable- de estos fenómenos, agravada con el estreno de un cambio de régimen y una verdadera alternancia de fuerzas políticas de izquierda que no habían tenido cabida en la primera Magistratura de este país, con todo el convulsionamiento estructural interno y externo al Gobierno que esto representa por ser inevitables las lastimaduras de intereses cubiertos apenas en la fragilidad de acuerdos de facto o en el peor de los casos soterrados en una raigambre muy sólida de corrupción. Agréguese la insurrección de Gobernadores de oposición al nuevo régimen, que en una intentona de desestabilización crean una nueva agrupación casi al mismo tiempo en que Carreras empezaba el nuevo período de CONAGO, fundan la Alianza Federalista con un discurso de nuevo trato en el Pacto Federal en cuanto a las participaciones fiscales que antes nunca les había preocupado. Incluso algunos amagues de abandonar el Pacto Federal, es decir un separatismo que amenazaba cuartear mucho más a la República.
Había que contener la salida de los Gobernantes que no se adhirieron a tal alianza Federalista, había que hilar muy fino para conciliar intereses entre ambas partes y evitar que, aunque inmersos en la citada Alianza los insurrectos permaneciesen en Conago. Debían tomarse medidas como nunca antes delicadas, que implicaban la Salud y la Economía de México, procurando las menores escoriaciones para todos los sectores. Hubo necesidad de importantes acuerdos que han permitido el destino de grandes capitales no presupuestados para la atención de la Salud y para la conservación en todo lo posible de la planta productiva; hubo que buscar conciliar esfuerzos que detuvieran al máximo el contagio del Virus –lo que ha resultado una norme complicación en todo el mundo por la aparición de diversas cepas y la tardanza en la producción de Vacunas- y al mismo tiempo mantuviesen el mayor número de empresas trabajando, para proteger la economía familiar. Juan Manuel Carreras soportó críticas, algunas simples y otras imprudentes y mezquinas sobre su desempeño; pero nosotros podemos reflexionar con objetividad que finalmente los jaloneos y exabruptos iniciales fueron calmándose y aunque persisten la diferencias del Presidente con algunos actores y de otros entre sí, la Conago sigue adelante y en el momento de entrega que fue apenas hace unos días, seguía firme y agrupada, lo que representa que el diálogo e interacción conjunta entre quienes gobiernan sigue adelante y se hacen posibles mejores decisiones en conjunto, lo que por cierto casi no había sido posible pues en sus inicios la Conago prácticamente resultaba más de ornato y no fue sino hasta que cambió la dirección de este país en que dicho diálogo y decisiones asambleístas se hicieron reales.
En ocasión anterior, refiriéndonos al cargo que asumía nuestro Gobernador, comenté que del tamaño del reto sería el premio. Considero que el solo haber salido avante y entregar buenas cuentas a sus colegas, resulta de suyo muy satisfactorio y causa de un orgullo merecido. Sin embargo, hurgando para buscar ese premio especial e intangible que pudo haber obtenido, creo que será en un futuro muy próximo como vaya delineándose el alcance de su trabajo y de la vocación que tanto disfruta. Más allá de un nuevo cargo, acaso haya construido también acuerdos que lo mantengan en un poder decisional que ya pocos gobernadores puedan tener.