Dos niñas perdieron la vida este martes tras quedar atrapadas en un enfrentamiento armado entre elementos del Ejército Mexicano e integrantes del crimen organizado, en el municipio de Badiraguato, Sinaloa. La familia de las menores transitaba por el poblado de La Cieneguilla cuando ocurrió el tiroteo, según confirmaron fuentes federales.
SE DIRIGÍAN A INVESTIGAR OTRO CRIMEN
Los hechos se registraron cuando personal militar y agentes del Ministerio Público se dirigían a la comunidad de La Lapara, con el propósito de inspeccionar el sitio donde el lunes fueron asesinadas tres personas. Fue alrededor de las 14:30 horas (15:30 en horario del centro del país) cuando el convoy oficial fue interceptado por un grupo armado, desatándose un enfrentamiento que se prolongó por varios minutos.
En medio del tiroteo quedó una familia que circulaba por la zona. Además de las dos niñas que murieron en el lugar, resultaron heridos un niño de 12 años, identificado como Gael, y sus padres Saúl, de 45 años, y Anabel, de 40. Todos los heridos fueron trasladados de inmediato a un hospital en Culiacán para recibir atención médica.
VIOLENCIA ESCALADA EN EL ESTADO
Este ataque se enmarca dentro de una ola de violencia que ha estremecido a Sinaloa desde el pasado 5 de mayo, fecha en que se reportaron ataques simultáneos en al menos siete municipios, incluyendo bloqueos carreteros, quema de vehículos y asesinatos. Aquella jornada fue considerada la más violenta en el estado desde el 9 de septiembre de 2024, cuando se intensificaron las disputas internas en el Cártel de Sinaloa (CDS).
Los municipios más afectados por los enfrentamientos recientes han sido Salvador Alvarado, Mocorito, Angostura, Badiraguato, Culiacán, Navolato, Elota, Mazatlán y Escuinapa. En total, la Fiscalía General del Estado ha confirmado el asesinato de 36 personas entre el jueves 1 y el lunes 6 de mayo.
UN ESTADO SUMIDO EN EL CONFLICTO
Las autoridades continúan con los operativos en la región en un intento por frenar la escalada de violencia. Sin embargo, los recientes hechos reflejan la vulnerabilidad de la población civil ante los conflictos entre fuerzas federales y grupos delictivos en zonas de alta presencia criminal.