CIUDAD DEL VATICANO.– Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, arribó este viernes a Roma para representar al Gobierno de México en los funerales del Papa Francisco, que se celebrarán este sábado en la Basílica de San Pedro. La funcionaria viajó acompañada de Clara Luz Flores, titular de la Unidad de Asuntos Religiosos, en una delegación que lleva un mensaje de condolencias y respeto de parte de la presidenta Claudia Sheinbaum y del pueblo mexicano.
Tras su llegada, Rodríguez compartió una fotografía junto al embajador de México ante la Santa Sede, Alberto Barranco, y un mensaje en redes sociales:
“Con las condolencias de la Presidenta Claudia Sheinbaum, después del último adiós al Papa Francisco, a nombre del pueblo y Gobierno de México en la Puerta de la Plegaria de la Basílica de San Pedro, Ciudad del Vaticano”, publicó.
UN MENSAJE DE ADMIRACIÓN Y RESPETO
Antes de partir hacia Italia, la secretaria Rodríguez destacó la figura del Papa Francisco como un líder espiritual y social excepcional, cercano a las causas de los más desfavorecidos.
“Nosotros consideramos a Francisco una gran figura política, muy cercana al pueblo mexicano, un Papa excepcional, fuera de serie, un líder social con una filosofía muy cercana a los pobres, a los marginados, a los migrantes. Nos pesa su partida”, expresó.
Respecto al futuro de la Iglesia Católica, señaló que México espera que el sucesor de Francisco continúe su legado: “Queremos que sea un Papa como Francisco, un Papa culto, un Papa cercano a los humildes”.
FUNERAL DE ESTADO CON LÍDERES MUNDIALES
El funeral del Papa Francisco reunirá en el Vaticano a una nutrida representación de líderes mundiales, entre ellos Donald Trump, expresidente de Estados Unidos; Emmanuel Macron, presidente de Francia; y Javier Milei, presidente de Argentina. La ceremonia será un evento de alta relevancia diplomática y espiritual, en el que se rendirá homenaje a quien fuera considerado uno de los pontífices más comprometidos con las causas sociales de la Iglesia contemporánea.
La presencia de la delegación mexicana refuerza los lazos históricos entre México y la Santa Sede, y representa un acto de reconocimiento a la influencia que Francisco tuvo en la vida política, social y espiritual de América Latina.