La tendencia global es hacia la disminución en la carga de las jornadas laborales. Con el nuevo formato que se advierte de 40 horas, se logrará un equilibrio entre la vida personal de los trabajadores y sus actividades productivas. J. Guadalupe Torres, titular de la Secretaría General de Gobierno, sostuvo que esa medida, que dispuso la Presidencia del país el pasado 1 de mayo, es una que tiene más ventajas que desventajas.
Entre otras, advirtió que, con una jornada de 48 a 40 horas, se reducirán los riesgos de ausentismo y los de estrés laboral. También, que mejorará la eficiencia productiva.
Torres admitió que, en la parte laboral, algunos de los impactos serán que el empresario deberá realizar nuevas contrataciones para completar esas horas en que había producción.
El titular de la SGG sostuvo que esa modificación en la jornada laboral del país tendrá repercusiones en la productividad en varios aspectos.
Con equilibrios entre la vida personal y laboral del trabajador, dijo, se tiene a un colaborador más descansado y, por ende, más productivo.
Desde hace varios años, expuso que, en el mundo, diferentes países han apostado a reducir las respectivas jornadas laborales. Los hay, casos en los que, reseñó, impulsan una carga laboral menor a las 40 horas semanales.
“La reducción de la jornada laboral —expuso— es una tendencia a nivel global.”
El titular de la SGG explicó que son mínimos los ajustes que deberían realizarse en la legislación local con la reducción de la jornada laboral. La Constitución Política, añadió, prevé solo a entidades federativas atribuciones a través del apartado B, correspondiente a la vigilancia de la normativa.
Torres añadió que, en el caso de SLP, está vigente el formato de 40 horas de trabajo a la semana desde hace años.
La burocracia estatal, citó como caso, es una cuya jornada laboral corresponde a 8 horas diarias por 5 días a la semana.
