La crisis hídrica que golpea a San Luis Potosí ha dejado de ser un problema exclusivo de las viviendas para convertirse en una amenaza directa para la operación de comercios, hoteles, restaurantes y empresas, poniendo en riesgo miles de empleos en el sector productivo.
Ante la falta de suministro regular, numerosos establecimientos han tenido que recurrir a la compra de pipas de agua, con costos que van de los 500 a mil 500 pesos por servicio, según la zona de la ciudad de que se trata, lo que ha disparado sus gastos operativos.
Alejandro Espinosa Abaroa, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en San Luis Potosí, advirtió que muchos restaurantes han llegado al límite, porque la falta del líquido propicia aumentos de costos y afecta nuestra operación.
“Sin agua, no podemos operar nuestros negocios”, sentenció.
ZONAS MÁS AFECTADAS
Las zonas con mayor afectación son el Centro Histórico y el sector de Las Lomas, donde el suministro de agua ha sido particularmente irregular y la demanda es alta.
Negocios como paleterías y heladerías, especialmente sensibles al consumo de agua durante temporadas de calor, han visto comprometida su operación.
La higiene, el uso en sanitarios y la preparación de alimentos hacen del agua un recurso indispensable.
EMPLEOS EN RIESGO
El desabasto no solo golpea la economía de los comercios, también amenaza la estabilidad laboral de miles de trabajadores. La incertidumbre sobre cuánto durará la crisis genera preocupación en todo el sector comercial, advierten líderes empresariales.
Luis Gerardo Ortuño Díaz Infante, presidente de Coparmex San Luis Potosí, subrayó que además de asumir responsabilidades, las empresas deben mantener en buen estado su infraestructura hidráulica y cumplir con el pago del servicio de agua.
También recomendó implementar sistemas de reciclaje y ratamiento de aguas residuales, como medida urgente para enfrentar la escasez.
AFECTACIONES MASIVAS
Según datos oficiales, al menos 151 colonias de la capital potosina enfrentan problemas de abastecimiento, afectando a más de 300 mil personas.
La falta de agua en las presas El Realito y San José ha sido uno de los factores que ha agravado esta situación crítica.
En respuesta, el gobierno estatal implementó planes de emergencia para repartir agua con pipas, al igual que el ayuntamiento, y ha pedido el apoyo de empresas con concesiones de pozos privados para abastecer a la población.
Pero por lo pronto esos apoyos no incluyen a los negocios, los cuales deben pagar por el agua.
Empresarios y líderes del sector coinciden en la necesidad de adoptar nuevas prácticas: tecnologías de ahorro, revisión de procesos internos y una cultura de consumo responsable entre empleados y clientes.
Más allá de la coyuntura, la crisis pone sobre la mesa la necesidad urgente de políticas públicas enfocadas en una gestión sustentable del agua, que eviten nuevas emergencias.