En el Estado de México se encuentra uno de los escenarios naturales más bellos de México: el Nevado de Toluca. Después de un sinuoso trayecto de terracería (el cual se puede recorrer en auto) y de caminar un par de kilómetros se llega al cráter de este extinto volcán, llamado también Xinantécatl, que alcanza una altura de 4,680 metros sobre el nivel del mar.
La vista -que domina un amplio panorama, desde el valle de Toluca y el Ajusco hasta las montañas de Veracruz y Oaxaca- quita el aliento. Sin embargo, su mayor tesoro se descubre en el cráter. El contraste producido por las piedras del enorme coloso con las aguas verdosas y azules cristalinas de las lagunas del Sol y de la Luna es simplemente maravilloso. Esta panorámica es todavía más sorprendente en la temporada invernal cuando los picos El Águila y El Capitán están cubiertos de nieve, al igual que parte de sus rincones de coníferas.
El Xinantécatl (cuyo vocablo significa “hombre desnudo” en lengua náhuatl) es considerado como una montaña sagrada, pues entre sus lagunas se han hecho descubrimientos arqueológicos importantes: fibras vegetales, resinas, madera y cestería se han encontrado, aportando información importante sobre los rituales realizados por antiguas culturas prehispánicas.
Si vas a visitar este fantástico lugar, toma en cuenta que la temperatura de la zona oscila entre los -2 y los 12 grados centígrados, por lo que es recomendable llevar ropa para el frío y calzado adecuado (zapatos o botas cuya suela no sea resbalosa), y que realizar la caminata de ascenso y descenso requiere de buenas condiciones físicas.