Su trabajo permanente por la paz de SLP quizá sea uno de los factores que propició el homenaje de cuerpo presente que este martes 17 de octubre se le rendirá en Palacio de Gobierno, casi 30 años después de que lo ocupó como mandatario.
Esa tarea tarea en favor de la concordia fue siempre su motor. Antes de ser gobernador, como presidente de la Gran Comisión del Congreso del Estado, operó asuntos tan relevantes como al caída y ascenso de gobernadores, incluso su propio nombramiento como titular del Poder Ejecutivo.
Ya en la silla de gobernador debió negociar con el gobierno federal, empresarios, navistas, panistas, los propios priistas en rebeldía por la caída consecutiva de Fausto Zapata y Gonzalo Martínez Corbalá.
Esa tarea de pacificación tuvo un precio alto para él: solo fue gobernador por unos meses, en lugar de un sexenio.
Siendo diputado local y líder del Congreso, su equipo cercano le recomendó una y otra vez no aceptar la gubernatura interina, pero él acató la encomienda que le dieron desde el gobierno central: pacificar la entidad, dadas sus dotes con dialogar con todos.
Siempre construyó concordia y civilidad, aún ante ataques personales; actuó en todo momento alejado de actitudes y expresiones autoritarias.
En esa época de los noventa del Siglo XX toleró hasta chantajes políticos, para no aventar más leña a la hoguera de los conflictos que afectaron a SLP por casi una década.
Como persona, su trato fue siempre cortés, lo mismo ante un empresario, que un opositor político, un trabajador o un periodista, con quienes cultivó grandes amistades.
La concordia que procuró en todo momento, sabedor de que eso ayudaba a SLP, se traduce en el homenaje que rinde este martes, un gobierno de distinto signo político al que siempre perteneció Teófilo.
DESDE LA CONVULSIÓN A LA PAZ
Un personaje que vivió el SLP de las tormentas políticas, nos dijo que desde el Congreso de SLP, como diputado, Teófilo Torres ayudó a que se pudiera transitar a través de un momento político muy complicado.
Fue aquella noche en la que diputados priistas estaban en rebelión y activistas del tricolor tomaron la sede legislativa, para impedir la caída de Fausto Zapata Loredo como Ejecutivo Estatal.
La salida de Zapata y la llegada de Gonzalo Martínez Corbalá se operó en el Congreso local, luego de que fue ordenada por el presidente Carlos Salinas, a través de Fernando Gutiérrez Barrios, secretario de Gobernación.
El estado no tenía gobernador; Fausto Zapata ya se había ido y Gonzalo Martínez Corbalá, aún no llegaba a la silla. Teófilo Torres, los diputados tricolores en rebeldía y colaboradores cercanísimos, estuvieron acuartelado en las oficinas del Congreso de SLP, en guardia política.
Desde ahí TTC atendía las llamadas de Gutiérrez Barrios en la red telefónica local o por celular, con tecnología aún muy deficiente.
Al final el diálogo ganó, los diputados tricolores cedieron; dialogó con Fausto Zapata y Gonzalo Martinez, hasta construir las condiciones adecuadas para una transición pacífica.
Esa noche quizá empezó a construir su principal legado. Un San Luis con paz.