Pero han sido precisamente esas credenciales académicas, además de la experiencia de los próximos funcionarios en sus respectivos campos, lo que generó prácticamente una aprobación unánime del primer paquete de nombramientos presentado por Sheinbaum.
El sector privado, columnistas de medios de comunicación nacionales, liderazgos de la oposición y hasta los mercados financieros dieron su aval a los funcionarios nombrados por Claudia: Marcelo Ebrard, en la Secretaría de Economía; Juan Ramón de la Fuente, en Relaciones Exteriores; Rosaura Ruiz, en la Secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación; Alicia Bárcena, en la Semarnat; Julio Berdegué Sacristán, en Agricultura, y Ernestina Godoy, en la Consejería Jurídica de la Presidencia.
Desde hace varios sexenios, quiza desde el de Ernesto Zedillo, los presidentes no habían nombrado personajes con capacidad, preparación académica y experiencia en las tareas por desarrollar. Habían privilegiado la lealtad, la ideología y el amiguismo sobre los resultados.
Vicente Fox, como no tenía equipo propio para el nivel de un gabinete y carecía de una trayectoria política amplia como la de presidentes anteriores, optó por contratar agencias de reclutamiento de directivos y dejó que los grupos de poder le recomendaran gente.
Felipe Calderón nombró como funcionarios a sus compañeros de estudios y a panistas leales a él, en su sexenio siempre se dijo que tenía un gabinete de cercanos pero incapaces.
Enrique Peña Nieto también optó por un gabinete de cuates y personajes colocados en posiciones clave para hacer negocios.
Andrés Manuel López Obrador, igualmente, decidió dar los cargos más relevantes a los amigos de sus hijos, a sus paisanos y a sus incondicionales. Hasta integrantes de su Ayudantía, choferes y carga portafolios han merecido espacios burocráticos importantes en el sexenio que termina.
Ha sido hasta ahora que Claudia Sheinbaum revivió la práctica de presidentes de antaño de poner en los cargos a los expertos, a los preparados, a los que han demostrado méritos para ocupar los más altos niveles de la administración pública federal.
Habrá que esperar el resto de los nombramientos para ver si se mantiene esta dinámica o se tuerce debido a las recomendaciones de AMLO y de Morena.
MISIÓN COMERCIAL A CHINA
Quizá después de su Informe de Gobierno, Ricardo Gallardo realizará una nueva misión comercial, que lo llevará ahora a China, con objeto de formalizar una importante inversión que en varias ocasiones ha afirmado que está casi amarrada.
Al parecer se trata de una empresa armadora de autos, de las varias que buscarán llegar al país durante los próximos años, a pesar de las barreras comerciales que van imponer EUA y Canadá a las unidades fabricadas por firmas Chinas.
A los chinos no solo les interesa exportar desde México a los EUA, sino también el mercado nacional y el de Latinoamérica. Además, hay que recordar que nuestro país no solo tiene Tratado de Libre Comercio con los vecinos del norte, sino con una gran cantidad de naciones, lo que permitiría enviar autos desde aquí a muchas partes del mundo.
Según lo que nos dicen en Palacio de Gobierno es casi un hecho que esa planta armadora llegue a SLP, para compensar la de Ford, que dejó ir el exgobernador Juan Manuel Carreras.
