Esta presión se suma a la generada por los temas propios del cierre de año, entre los que se cuentan el pago de aguinaldos y proveedores, así como las negociaciones con el Congreso para el paquete de ingresos y egresos, y de las tarifas de agua.
En las próximas horas Galindo deberá decidir quiénes ocuparán esos importantes cargos.
En el caso de Fernando Chávez no será fácil encontrar un personaje que llene el espacio que deja quien ocupó diferentes secretarías con diferentes gobernadores, además de haber sido regidor y diputado. Con fama de eficaz y buen operador político, deja un hueco difícil de cubrir en el gabinete de Galindo.
Galindo deberá encontrar en cuestión de días un perfil con los atributos necesarios para desempeñar el cargo, con la experiencia necesaria para evitar que tenga una larga curva de aprendizaje que frene la marcha de su administración.
En el caso del Interapas, la decisión también será delicada. Es bien sabido que que Enrique Torres nunca mantuvo una buena relación con los funcionarios del gobierno estatal, lo que motivó que incluso desde la principal silla del Ejecutivo se pidiera su cabeza.
Quizá es buen técnico, pero eso no fue suficiente; desconocía las particularidades de la política potosina, nunca buscó acuerdos ni construir buenas relaciones con los funcionarios estatales. Lo mismo ocurrió con el Poder Legislativo, con el que mantuvo siempre relaciones tirantes.
Por ello, además de alguien con conocimiento técnico y administrativo, se necesita un perfil con atributos políticos, para resolver el enredo en el que se encuentra el Interapas, confrontado con el gobierno estatal y con el ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez.
Para la Secretaria General del ayuntamiento suenan Martín Juárez, actual titular de Bienestar municipal; para el Interepas, se menciona a Jorge Daniel Hernández Delgadillo.
Para ambos cargos también es mencionado Eduardo García, quien fue director del Interapas durante la gestión de Mario García Valdez, de 2012 a 2015.
MÁXIMA ATENCIÓN
Para ampliar el tema del relevo en el Interapas, motivado por la salida de Enrique Torres, queda claro que no se admiten improvisados, debido a que está por comenzar una obra importantísima, la sustitución de tramos del acueducto de presa El Realito.
No es algo menor, porque se trata de la línea que abastece de agua a una inmensa zona habitacional del área metropolitana. Será un trabajo de ingeniería de precisión, que por lo menos deberá entender quien llegue al cargo, porque tendrá la encomienda de supervisarlo, revisarlo y probarlo.
Quizá fue la falta de una adecuada supervisión en el tiempo en el que se construyó el acueducto lo que motivó las fallas de origen que existen.
Por otro lado, al ser el acueducto producto de un contrato establecido entre una empresa y el gobierno del estado, la rectoría del tema la lleva la Comisión Estatal del Agua, no los ayuntamientos metropolitanos ni el Interapas.
Por eso es importante que el próximo titular del Interapas sea una persona que haga equipo, que no ponga trabas, pero que tampoco evada responsabilidades. Que tenga la capacidad de trabajar conjuntamente con el gobierno estatal, la empresa operadora del acueducto y los ayuntamientos metropolitanos.