Es un primer round contra los panistas que han dicho que van en contra, en una postura irresponsable e intransigente. Que solo podría conducir a que se les tilde de responsables, en caso de que lleguen a faltar respiradores mecánicos y equipo médico para atender a los pacientes del Covid.
Peor aún, si el número de decesos se dispara en SLP, será a esos legisladores a quiénes se deberá echarles la culpa.
Lo es así, porque son los únicos que se han manifestado en contra del plan financiero del gobierno estatal contra la pandemia.
Y, peor, lo dijeron mucho antes de conocer siquiera en qué consiste la propuesta, es decir, refleja su cerrazón, o su interés político… o económico.
La comisión de Hacienda del Estado, que será una de las que analizarán la propuesta, la preside el panista Ricardo Villarreal Loo, quien a menudo permanece a la sombra de otros de sus compañeros de fracción.
El otro pianista es José Antonio Zapata Meraz, con gran cercanía al diputado federal Xavier Azuara. Ahí son dos votos.
Pero también están otros dos de los priistas Mauricio Ramírez Konishi y Laura Patricia Silva Celis.
Con las cosas empatadas, podrían definir la propuesta de reestructura los votos de las morenistas, Marité Hernández y María del Consuelo Carmona, antes ya han apoyado a los priistas en votaciones.
Un voto que no se sabe hacia dónde se moverá corresponde al legislador por el PVEM, Eduardo Hernández Contreras.
La reestructuración de la deuda pública bancaria, por lo demás, debiese ser un mero trámite dentro del Congreso local.
La propuesta corresponde a un elemento muy, muy técnico, con cantidades específicas, es decir, no se trata de un presupuesto en el que los diputados pueden intervenir con ajustes. No es el caso.
Porque no tienen atribuciones para decidir cómo o cuánto debe ser el monto de la reestructura.
Ojala se privilegie el análisis técnico… y no se evidencien los legisladores, como ha ocurrido en el pasado, en su propia ignorancia.
