Desde hace tiempo se arrancó un proceso de auscultación, se quiere ver dentro de Morena quién es quién.
Con miras a las elecciones del 2021 se exploran posibles candidatos competitivos, con una tómbola focalizada, o la muy priista designación directa.
Ante la falta de cuadros fuertes dentro de Morena, nos aseguran que han volteado a ver a perfiles que comulgan con los preceptos de Morena, o que tienen cercanía con algunas figuras destacadas, como el presidenciable y actual secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
Hay priistas o ex priistas, como se les quiera ver, con esos requisitos, con experiencia en la función pública y con expertise político.
De esa cantera podrían salir candidatos a diputados locales, federales y hasta a gobernador, nos informan.
DIPUTADOS OPORTUNISTAS
Ya se comentaba líneas arriba, en Morena hay poca tela de donde cortar. Un ejemplo son sus diputados locales y federales, que no dan una, han hecho un papel desastroso en sus respectivos ámbitos y ahora de manera burda tratan de lucrar políticamente con la tragedia del coronavirus.
Los legisladores locales y federales de la 4T, en su irresponsabilidad de obtener tajada política de la pandemia, hicieron un por demás oportunista posicionamiento, en el que fijaron una serie de exigencias al gobierno estatal.
Pero nada le demandan a la Federación, que es la primerísima responsable de atender la pandemia.
Tampoco se conoce que alguno de los integrantes de ese bloque haya hecho un esfuerzo más allá de posicionamientos vagos y obtusos.
Los legisladores federales morenos están extraviados y mareados; les quedó grande la Cámara de Diputados.
En el Congreso local, más apurados por no acudir a sesiones del pleno, a quedarse en casa para flojear y esperar que la 4T los beneficie de nueva cuenta y los haga ganar en las urnas por arte de magia, como ocurrió en 2018, lo que seguramente ya no ocurrirá
Ninguno de estos diputados, ni los integrantes del comité directivo de Morena a nivel estatal han dicho si seguirán el ejemplo del presidente AMLO y prescindirán de su aguinaldo, o su reducirán su sueldo a la mitad. O, en el caso del partido en el poder, si cederá el 50 por ciento de las prerrogativas que corresponden en 2020.