Con escasa pericia política y dejándose llevar por chismes, en la UASLP lucen preocupados, porque la sucesión en la rectoría se le sale de las manos, al surgir aspirantes que no se tenían contemplados.
A tal grado que hace días se organizó una sesión del Consejo Directivo Universitario para denunciar una supuesta intromisión en los asuntos de la Máxima Casa de Estudios, en un mensaje que se consideró estaba dirigido a un periodista que escribió una columna de opinión sobre la sucesión en la institución.
Con total falta de sentido político, consideraron un "intromisión" el hecho de que los periodistas opinen sobre los temas de la institución, algo que ni siquiera la iglesia católica se ha atrevido a considerar.
Fue un lance totalmente desafortunado, porque además la UASLP opera con recursos públicos, por lo cual está expuesta no solamente a las opiniones de los periodistas, sino revisiones de las instancias de auditoría estatales y federales.
Ahora, en su ruta de desatinos, el grupo con hegemonía parece haber orquestado una campaña sucia en contra del director de la Facultad de Medicina, Alejandro Zermeño, a quien mandaron colocar mantas acusándolo de proteger a acosadores.
Más tarde, las alumnas de la UASLP que participaron en una movilización descartaron ser las autoras de esas lonas, colocadas por manos "desconocidas".
Lo que ocurre, nos dijo un personaje enterado de la política universitaria, "es el que doctor Zermeño ha crecido más de lo que contemplaba el rector; teme que estropee sus planes, por ello han optado por atacarlo.
La elección de rector será probablemente en la segunda mitad de abril, después de las vacaciones de Semana Santa, y el ambiente ya se caldeó; casualmente, se atribuye la inestabilidad a las propias autoridades universitarias, que deberían ser las más interesadas en mantenerla.