Por su envergadura, tendrá impactos en el mercado inmobiliario, para bien o para mal. Por ejemplo, si los precios de terrenos o casas son moderados, obligará a otros desarrolladores a moderar sus ambiciones.
Si salen a la par o por encima de los ya de por sí altos precios de la tierra y la vivienda en SLP, ese megadesarrollo tendrá un efectivo nocivo.
Por otro lado, abrirá un nuevo polo de desarrollo en esa zona de la ciudad, el que sin embargo tendrá el inconveniente de estar junto a una planta industrial, como es la refinería de zinc del Grupo México.
Y en lo que respecta a la historia de la ciudad, el megadesarrollo tendrá un gran simbolismo.
Será el rescate de una zona de uso industrial que en un tiempo impulsó el desarrollo de una ciudad, SLP, como ocurrió durante años con la planta de cobre; esos espacios ahora se busca que sean recuperados, para incorporarlos de nueva cuenta, en forma sustentable, al crecimiento urbano, conforme las tendencias mundiales.
Desde otra óptica, cabe señalar que desde hace varios años en la capital potosina no se promovía un desarrollo parecido, en el que estuvieran contemplados centros comerciales, vivienda, transporte masivo interno y conectado con la ciudad, entre otros avances.
Será una verdadera adecuación de espacios; como ejemplo las antiguas columnas de la planta formarán parte de un entorno paisajístico y coronarán un edificio en el que hay un centro de convenciones y/o un museo proyectados.
También refleja una armonía entre las autoridades de la ciudad y la Iniciativa Privada, con la que queda claro que cuando esos actores van de la mano, impulsan el desarrollo.
TERRENO APTO: GRUPO MÉXICO
Especialistas explicaron durante un foro ecológico el proceso de remediación utilizado por Grupo México, en el predio en el que durante casi 100 años estuvo la planta de cobre de su propiedad.
Señalaron que la empresa cumplió con todas las demandas y requisitos que impusieron la Semarnat y Profepa, y que se logró neutralizar cualquier pasivo o agente contaminante, con impactos nocivos contra el ambiente y las actividades humanas.
Dijeron que la remediación de una parte de las 450 hectáreas propiedad de Grupo México, donde operó la planta de cobre de IMMSA, es un ejemplo a nivel nacional.
Fernando Díaz Barriga, destacado investigador universitario, especialista y realizador de diferentes estudios en la zona, y gran crítico también, admitió que el proceso realizado es excepcional, pues cumplió con toda la normativa ambiental.
Sensato como es el investigador, no tuvo empacho en reconocer que con argumentos y pruebas, lo vencieron en sus postulados.
No se trata de vencidos o ganadores, sino de demostrar que sitios impactados, pueden recuperarse satisfactoriamente para el crecimiento de la ciudad.