Conocí a Don Jacobo Payán Latuff mucho tiempo antes de que siquiera cruzara por mi mente ser periodista deportiva, y de entre las imágenes que guardo de aquellos años, invariablemente siempre viene a mi mente la de aquella comida en la que nos compartió que construiría un estadio de fútbol.
Aquella idea que en ese momento para mí parecía una locura absoluta, Don Jacobo la hizo realidad unos años después y hoy en día en ese inmueble es donde los aficionados seguimos viviendo las glorias y los tropiezos del equipo de casa, ese que en sociedad con el Atlético de Madrid devolvió el fútbol profesional a nuestra entidad.
Con la partida de Don Jacobo, los potosinos perdemos a un hombre visionario, honesto y generoso, quien a través de sus empresas ha dado a través de los años casa, comida y sustento a decenas de miles de familias.
A Don Jacobo además hay que reconocerle haber sido piedra angular para el desarrollo y crecimiento no solo de la industria en el estado, sino del comercio, la hotelería y la gastronomía, entre otras más.
Vaya desde estas líneas un abrazo a Doña Yolanda, a sus hijos Jacobo, Yolanda, Gabriela, Verónica, Mireya, y Marcela, rogándole a Dios les dé consuelo y fortaleza.