San Luis Potosí, S. L. P. México
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Sección: Vida
Chamberí, fiel al sabor español
12/01/25 | 13:01 | Por: Ferran Ferrer
Ubicado en Lomas 2ª sección, el restaurante respeta la tradición y las recetas de la gastronomía del país ibérico.

No sé si estaba en la lista de los esperados, pero para mí sí de los deseados. Siempre es grato recibir a un nuevo participante en la escena gastronómica de San Luis Potosí. Un nuevo y auténtico español. 

Entrenado en el hambre permanente no solo de alimentos, sino de conocimiento de los mismos y en una casa en donde la comida era lo más importante, el espacio en donde las peleas podían parar, la mesa el lugar en donde la charla fluía y reinaba el deleite, de herencia española y mexicana, dos potencias de la cocina en el universo, me mantengo activo en ello, en la búsqueda de sabores, de lugares, en viajar, en aderezar con la arquitectura y servicio de cada restaurante una experiencia catatónica, que hoy día se vuelve una competencia impresionante. 

Como ya dije, un nuevo jugador y afortunadamente de cocina española. Los propietarios, a quienes no tengo el gusto de conocer, se ve claramente que saben de lo que hablan cuando de comida ibérica se trata, ya que los sabores a los que podemos acceder en el Chamberí, son apegados a la tradición de la península europea. 

Rescatando parte de la brigada más talentosa del extinto Lauburu, dirigido en aquellos entonces por el chef David Fernández, Chamberí se plantea antes que ser un restaurante como una Vermutería, hoy de moda en la CDMX con lugares como El Bizco, del que ya hemos hablado en otras reseñas. 

Ubicado en la calle de Guadalcázar 243 en las lomas 2a. sección de San Luis Potosí, ofrece un menú conciso y contundente, con recetas muy tradicionales y resultonas, desde pinchos de jamón con pantomate, montadito de ensaladilla rusa y tortilla de patatas, a platos fuertes, pasando por arroces y llegando a pocos, pero muy bien llevados postres. 

Nosotros empezamos por las tradicionales patatas bravas que tenían un ligero picor, muy bien aliñadas en una salsa espesa y untuosa de pimienta de cayena, que da la impresión de que también tenía guajillo, coronadas con unos botones pequeños de alioli. Seguimos con las tradicionalísimas croquetas de jamón serrano con su crema bechamel y bien empanizadas, con ese crocante por fuera y rellenas de sabor. Mi hijo, por su parte, pidió la tabla de pinchos la cual tiene una variedad de 5 piezas, la de jamón serrano en pantumaca, ensaladilla rusa, higo con queso brie, tortilla de patatas y piquillo relleno de bacalao, del cual no pudimos tener la experiencia, pues para la hora en la que fuimos ya se había terminado. 

Las ensaladas no las probamos y las que no me parecen del todo españolas, pero sí probamos las sopas, una de ellas fue el gaspacho con toque de fresa, la cual acentúa bien el sabor al tomate y el resto de los sabores como el pepino, el ajo y la cebolla; por mi parte, ordené la sopa de ajo, con un sabor sutil y bien equilibrada, con su huevo escalfado encima y pan, el cual siento que fue demasiado, pero aun así muy buena. 

De plato fuerte, un arroz al centro, que, para fortuna nuestra, estaba para chuparse los dedos y fue el de rabo de toro. La realidad es que en esta ocasión fuimos prudentes al pedir y finalizamos con un solo postre: la tarda de queso con higos, la cual en verdad deben pedir. 

Nos quedamos con ganas de muchos de los platos que hay en el menú como la paella negra, los chipirones rellenos o el pollo al ajillo. 

La verdad es que estamos encantados con el lugar y la atención, y dispuestos a volver muy pronto. Felicito a los propietarios por respetar la tradición y el gusto por esta comida tan deliciosa, sin meter innovaciones ni combinaciones mestizas, sino aparejados a la historia y tradición. 

El servicio, como ya dije, de buen nivel y los precios muy razonables. Por favor vayan y que tengan buen provecho. Por cierto, Chamberí es un barrio al norte de Madrid.

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