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Sección: Vida
¿Sabes qué es la envidia?
09/03/25 | 13:46 | Por: Redacción
El sufrimiento que produce esta emoción es indistinguible del generado por una quemadura.

Suspirar por lo que otros tienen está en nuestra naturaleza. Y sí, existen diferentes tipos de envidia: la sana y aquella por la que nos ponemos verdes. 

Aparece cada vez que a tu compañero de trabajo el jefe le da una palmadita en la espalda y a ti no. Y cada vez que Instagram te enseña un selfie de tu mejor amiga bañándose en las aguas turquesas de una playa de Cancún. La reconoces porque te deja un regusto amargo en la boca. Preferirías no sentirla, pero no puedes evitarlo. 

La envidia era el modo que tenían nuestros antepasados de evaluar su posición frente a la de los demás en la competición por los recursos y de compararse para saber dónde estaban y si tenían que hacer algunos ajustes para recuperar posiciones en la lucha por la supervivencia y la reproducción. 

ACTIVA ZONAS DEL DOLOR 

Es natural, sí, pero duele. De hecho, los escáneres cerebrales muestran que activa las mismas zonas del encéfalo que se ponen a funcionar cuando sentimos dolor físico. Se trata de la corteza cingulada anterior, la encargada de procesar los conflictos. La intensidad con la que bullen sus neuronas es proporcional a cómo de inferiores nos sentimos cuando nos comparamos con alguien, según un estudio japonés que publicó hace unos años la revista Science. 

El sufrimiento que produce sentir envidia es indistinguible del generado por una quemadura. Y, sin embargo, socialmente tiene connotaciones positivas. Para destacar que algo es realmente bueno afirmamos que es envidiable. “Virtud envidiada es dos veces virtud”, decía Quevedo. En nuestro fuero interno, nos cuesta concebir el éxito si no despierta algo de envidia. Incluso distinguimos entre la “envidia sana” y la que nos pone “verdes de envidia”. 

VERDES DE ENVIDIA 

De acuerdo con una investigación de la Universidad de Tilburgo (Holanda), hay que diferenciar entre la envidia que se dirige a personas que han conseguido lo que nosotros codiciamos y la que se centra en lo que posee y anhelamos. La primera es la pecaminosa, nos hace desear que al otro se le tuerzan las cosas y se asocia a sentir placer cuando a los otros les va mal (schadenfreude lo llaman, regodeo en el mal ajeno). 

La segunda nos predispone a adoptar un punto de vista constructivo para lograr lo que no tenemos. Nos motiva para tomar ejemplo y equipararnos o superar a aquellos a quienes envidiamos.

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