Por ejemplo, el PAN que, por orden de sus mandos centrales, obligará al panismo potosino a reprimir el espíritu misógino cuando de elegir directivos o candidatos se trata, pues por el criterio de la paridad, deberá ser una mujer la que encabece el próximo comité estatal, cargo que aún ostenta la ya senadora Verónica Rodríguez Hernández, de quien se desconoce si continúa cobrando como tal pese a que ya ocupa un escaño senatorial.
Con Xavier Azuara como poder tras el trono, el blanquiazul no ha logrado recuperar la fuerza que tuvo en el pasado en territorio potosino, de tal suerte que le alcanzó en ese tiempo su influencia en el electorado para ganar la gubernatura y otras veces la alcaldía capitalina.
Sin fecha ni método para realizar la elección interna, marcha sin rumbo, pues no deja de ser considerado por sus directivos como una vía fácil de obtener una posición de elección popular, como lo refleja el hecho de que de unos años a la fecha ninguno de los dirigentes ha perdido la oportunidad de acceder a uno de esos cargos como seguramente lo ven las aspirantes a participar en la elección interna.
Por lo que toca al PRI las cosas no son muy diferentes, y menos ahora que tiene como dirigente a doña Sara Rocha Medina, aparentemente empeñada en quedarse como única inscrita en el padrón de militantes locales o solitaria deambulante de la sede estatal partidista, desde donde ataca a todo aquel que no piense como ella, ni comparta la muy productiva simpatía que siente hacia el presidente nacional del partido Alejandro Moreno Cárdenas, quien le solapa las represalias contra sus detractores y le permite un manejo discrecional de las finanzas del partido en SLP, lo que ha provocado que mucha gente piense que el único camino que le queda al tricolor es la extinción, con todo y que insista en que gente nueva está llegando.
De esta anemia de dirigencias partidistas efectivas ni el partido en el poder se salva, como es Morena, cuya presidenta en San Luis Potosí Rita Ozalia Rodríguez Vázquez, creyendo que con la sola fuerza del partido ganaría la elección como candidata a senadora, fracasó en el intento, pues fue fácilmente superada por sus rivales del PVEM y del PAN, lo que no quitó que el guinda obtuviera más de 700 mil votos en favor de la hoy presidenta Claudia Sheinbaum. Sin embargo, no parece haber afirmado la autoridad de la mencionada en el mando estatal, pues no deja de batallar con los anteriores directivos ávidos de recuperar los privilegios económicos que disfrutaron cuando tuvieron el control en los años previos.
El que no sufre problemas es el Partido Verde toda vez que su dirigente real en el estado el gobernador Ricardo Gallardo Cardona lo maneja con mano férrea, sin permitir la menor oposición interna, por lo que, con el paso del tiempo, incrementa sustancialmente la base social de este partido mediante sus políticas públicas asistenciales con lo que actualmente se coloca como el partido más fuerte del estado.
ALPISTEANDO
Horrible la desbarrada del titular de la SEGE, Juan Carlos Torres Cedillo, al comparecer ante el Congreso por la glosa del informe gallardista al pedir a los diputados que legislen para sancionar a los maestros que se manifiesten para inconformarse, olvidando que en casi todas las ocasiones lo hacen exigiendo que les paguen adeudos salariales pendientes lo que hace ver su desconocimiento de algo que se llama derechos humanos, petición de la que no pocos legisladores se burlaron a mandíbula batiente por lo insólito y fuera de lugar. Los demás funcionarios que comparecieron salieron campechanamente, toda vez que no hubo cuestionamientos que los pusieran en aprietos.