El proceso de federalización del sistema hospitalario estatal no ha avanzado en forma satisfactoria, ni tampoco como se esperaba desde que el gobierno federal, a inicios del año pasado, planteaba el modelo IMSS Bienestar como la panacea a vicios y males. Ariana García, titular de la Secretaría de Finanzas, admitió que, con el desorden administrativo que aún prevalece, el gobierno estatal ha tenido que cubrir todavía el pago de nóminas de personal médico, enfermeros y auxiliares.
Al tener que cubrir esos pagos, le ha generado un boquete a las arcas estatales, a través de un pasivo que crece poco a poco, y que además representa una presión al flujo de gasto.
No reveló una cantidad a la que puede ascender cubrir las nóminas, pero dijo que la expectativa es que, después de que se logre la migración total de los sistemas hospitalarios de SLP, la Federación acceda a compensar los recursos que ha tenido que erogar el gobierno estatal.
García dijo que la migración del sistema se ha convertido en una presión a las finanzas estatales, porque tiene que cubrir los pagos de nóminas, con cargo a sus propios recursos disponibles.
La Federación, empero, no asigna recursos para ese fin, lo que ocasiona un desbalance a la contabilidad gubernamental.
Cuando, en octubre de 2023, el gobierno del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador promovía la federalización de los sistemas, el convenio fijó que también implicaba absorber el pago de nóminas.
En marzo pasado, comenzó la centralización de los sistemas hospitalarios estatales.
García expuso que no hay una fecha específica para que el gobierno federal asuma la totalidad del pago de la nómina.