Durante un evento de campaña en Michigan, el ex presidente Donald Trump prometió revivir la industria automotriz estadounidense, afirmando que impondría aranceles del 200% a los vehículos fabricados en México o China si no se construyen plantas en Estados Unidos. Trump recordó una visita a Michigan hace 15 años, antes de su incursión en la política, cuando observó cómo la industria automotriz se mudaba a otros países, y afirmó que durante su mandato no se construyeron plantas automotrices en México debido a su política comercial.
El ex mandatario acusó a China de estar detrás de muchas de las plantas que actualmente se están construyendo en México, sugiriendo que los vehículos fabricados en estas instalaciones serán gravados con altos impuestos si intentan venderse en Estados Unidos. Esta retórica refleja una postura proteccionista y en defensa de la producción nacional, buscando fortalecer a Michigan y otros estados industriales clave.
Trump también hizo referencia a un supuesto intento de asesinato en su contra, ocurrido en su club de golf en Florida, donde un sospechoso armado fue detenido, lo que marcó su primera aparición pública desde ese incidente. En tono desafiante, insinuó que solo a los "presidentes importantes" se les intenta disparar, en un esfuerzo por resaltar su influencia y posición en la política estadounidense.