Un incendio de gran magnitud se registró este lunes en un almacén de tarimas y contenedores de plástico ubicado en la carretera a Matehuala, dentro del municipio de Soledad de Graciano Sánchez, San Luis Potosí. El siniestro generó una densa nube de humo cargada con sustancias altamente tóxicas, afectando la calidad del aire y poniendo en riesgo la salud de la población cercana.
QUEMA DE PLÁSTICOS: UNA FUENTE DE CONTAMINACIÓN EXTREMA
El doctor Fernando Díaz-Barriga, especialista en toxicología ambiental y académico de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), alertó sobre la peligrosidad de la combustión de plásticos, señalando que este proceso es hasta 500 veces más contaminante que la quema de madera. Entre los compuestos liberados se encuentran los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs), reconocidos por su alta toxicidad.
EFECTOS INMEDIATOS EN LA SALUD
De acuerdo con Díaz-Barriga, la exposición aguda a los contaminantes generados por el incendio puede provocar efectos inmediatos en la salud, principalmente por la inhalación de partículas en suspensión, nano y microplásticos, así como gases irritantes para las vías respiratorias.
“Los niños, especialmente los más pequeños, son el sector más vulnerable ante esta contaminación. Los síntomas más comunes incluyen dificultad para respirar, irritación ocular y tos persistente”, explicó el especialista.
Para reducir el impacto en la población, Díaz-Barriga recomendó mantenerse alejado de la zona afectada y evitar ubicarse en la dirección del viento que transporta la nube de contaminación.
CONTAMINANTES PERSISTENTES Y MEDIDAS DE PREVENCIÓN
El académico enfatizó que, aun después de que el fuego sea sofocado, los efectos del siniestro continuarán debido a la presencia de compuestos tóxicos persistentes como dioxinas, sustancias bromadas y HAPs no volátiles.
“El hollín, las cenizas y el polvo resultantes del incendio contienen residuos altamente peligrosos. Su manejo debe realizarse con extrema precaución, utilizando trapos húmedos y guantes, y desechando los materiales de limpieza de inmediato, para evitar que los tóxicos se acumulen en los hogares”, advirtió.
Además, señaló que el material particulado generado por el incendio se dispersará con el viento, afectando zonas urbanas y representando un riesgo para personas con enfermedades respiratorias como el asma. También alertó que la exposición prolongada a estos contaminantes puede derivar en la acumulación de microplásticos en órganos humanos, incluido el cerebro.
Díaz-Barriga sugirió a la población permanecer en interiores con ventanas cerradas y evitar actividades al aire libre, especialmente en momentos en que el cielo se torne gris debido a la presencia de partículas en suspensión.
DEFICIENCIAS EN EL MONITOREO AMBIENTAL
El especialista lamentó la falta de estaciones de monitoreo atmosférico en la zona del incendio y en las áreas afectadas por la pluma de contaminación, lo que impide conocer con precisión los niveles de exposición a los compuestos tóxicos.
Finalmente, insistió en la necesidad de declarar el área como una zona contaminada, implementando medidas de limpieza antes de permitir el acceso de la población.
“No se debe autorizar el ingreso de personas hasta que se compruebe que los niveles de contaminación han sido reducidos a parámetros seguros”, concluyó.